Relatíbiris

Miro el cuadro fijamente. Pero no se mueve ni me revela nada. Realmente, no sé qué esperaba. Bueno, sí lo sé, pero no me atrevo ni a pensarlo. Por desgracia, mi madre sí. Quiero decir, que entra en la habitación y al verme así me dice: - Cariño, ¿qué haces? ¿Esperas que aparezcan unas letras en ese cuadro o algo? - Joder, mamá - digo entre dientes - ¿Disculpa? - Perdón por el taco, pero es que me has leído el pensamiento - ¿Cómo? - mi madre arquea las cejas por lo menos hasta la estratosfera - Era broma, mamá, evidentemente no espero que aparezcan letras en un cuadro - miento - Simplemente estaba mirando, pero sin ver - ¿Y eso cómo se hace? - Contra lo que yo pensaba, enarca aún más las cejas. No sé cómo es capaz - Pues a ver, mamá, ¿nunca te has quedado mirando algo pero sin saber qué era mientras pensabas en otra cosa? - La verdad que sí - Vale, pues eso me estaba pasando - vuelvo a mentir - Ah, vale - por fin baja las cejas a su posición original y se da media ...

- Espero que se convierta en una costumbre - ¿El qué? ¿Que llegue antes? Solo quería darte una sorpresa - Sorpresa ha sido, eso seguro - Es que... quería pedirte perdón. No te traté bien esta mañana, no tengo derecho a hablarte así. Y para eso no puedo llegar tarde. No sé, me siento mal - Bueno, disculpas aceptadas, ahí llevas razón. Pero también es verdad que yo hice lo que me dio la gana sin preguntarte ni nada. Eso tampoco estuvo bien - Disculpas aceptadas yo también - beso - Oye, ¿damos un paseo? - Vale, pero por allí - señala - en la otra dirección está la entrada al cementerio... - Valeria... - ¿Qué? Sabes que no me gusta pasar por ahí - Pero nunca me has contado por qué - Bueno... Como comprenderás no me gusta hablar de ello - A ver, cariño, sabes de sobra que en mí puedes confiar, que me puedes contar lo que sea - Vale... Verás, me pasa que est... - ¡CORTEN! Sois una fantasía, chicos, lo mejor que un director puede desear. Marco, Helena, lo habéis bordado. Toca qu...

- ¿Qué pasa aquí? Clau, ¿estás bien? - Rompiendo a reír Laura dice - Pero, ¿qué digo de Clau? ¡Perdón, se me ha pirado por completo! - No pasa nada, Laura, presta atención y recuerda que aquí Clau no es Clau, si no Lucía - Lo mejor es que has confundido a Clau con Clau pero resulta que no es Clau - interviene Cristóbal. En el plató todos ríen, mientras el director dice que hay que seguir grabando. Laura sale de plató y vuelve a entrar en cuanto oye el "acción" del director, diciendo: - ¿Qué pasa aquí? Lucía, ¿va todo bien? - Me... Me acabo de sincerar con Luis - tartamudea Claudia, metida en su papel. Haciendo de Cristina, Laura la mira preocupada y le interroga con la mirada: - Pero, ¿todo... todo? - Sí. Lo que se dice sincerarse, vamos - ¿Y no crees que hubiera sido mejor hacerlo de otra manera o...? No sé, Lu, me preocupa que... Aj, no es nada creíble, no me gusta - Que sí, Lau, que lo estabas haciendo genial - la anima Claudia - Pues no me gusta. Pero nada, vamos...

- Echo de menos tu sonrisa - Ya no me queda - Yo te doy de la mía - No me queda - Por eso te doy - Entonces ya no te queda a ti - Yo tengo mucha - Aún así - ¿Pero qué te pasa? - ¿Tú qué crees? - No lo sé. Por eso te pregunto - No me gusta hablar de ello - Echo de menos tu sonrisa - Te he dicho que ya no me queda - Si quieres, te doy de la mía. Tengo mucha, y con un poco me vale - Por favor, vamos a dejar esta conversación en bucle. ¿Hablamos de otra cosa? - ¿De sonrisas? - Qué gracioso - Es que echo de menos tu sonrisa - Sí, lo has dicho unas mil veces - Porque de verdad me encantaba - Pero ya te he dicho que no me queda - Sí, pero yo te he dicho que te daré de la mía - Si ni siquiera sabes cómo hacerlo - Bueno, puedo empezar por hacerme un cambio de look. Por ejemplo, ¿qué te parecería si me pusiera el pelo verde? ¿O azul? - Pero qué dices - Ves, te has reído. Así te he pasado algo de mi sonrisa y he vuelto a ver la tuya

- Y echaremos a volar - ¿De verdad? - Te lo juro - No jures cosas que no sabes... - Si podrás cumplir. Lo sé, pero tengo la certeza de que ningún naufragio es definitivo, y sé que algún día conseguirás salir de ese pozo tan oscuro en el que te has metido. Entonces, en ese mismo momento, nos daremos la mano y, mirando al cielo... - Echaremos a volar. Me gusta la idea, pero no estoy del todo segura. ¿Un espagueti? - Sabes perfectamente que no me gustan igual que a ti, de verdad que no sé cuántas veces te lo voy a tener que decir - Pues muchas, porque cada vez que me coma uno te preguntaré, y sabes que yo siempre llevo un paquetito de espaguetis crudos en el bolsillo - En ese caso, creo que volaré con otra persona - ¡No! Vale, no te preguntaré más. Bueno, casi, sabes que soy incapaz de no ofrecer espaguetis a todo el que se me cruza por delante... - Sí, después de diez años a tu lado te conozco casi mejor que tú misma - Lo mismo me pasa a mí contigo. Oye, ¿sabes que hay una can...

En medio de aquel silencio me dirigió una inexpresiva mirada, sin embargo; la expresé como un último adiós, y se alejó hasta perderla de vista. Ya no éramos felices, ni ella ni yo, sabíamos que no nos veríamos más, y eso nos rompía por dentro. Su blanca piel ya no resplandecía ni lucía una reluciente sonrisa, ahora su simétrica carita expresaba una increíble tristeza. Al día siguiente de su marcha, mis padres tuvieron la sensatez de dejarme sola en mi cuarto, aunque me trajeron algo de comer hacia media mañana y a la hora de la comida. No merendé nada y para la cena salí. Sin decir nada mi padre me abrazó fuerte y mi madre me dio un beso en la frente. Durante la cena estuvimos hablando de Inés y recordamos un montón de momentos que habíamos vivido ella y yo. Estábamos en el sofá viendo una peli cuando llamaron al timbre. Al abrir vi a mi novia llorando. Me juró que hasta que nos muriéramos no nos íbamos a separar, por muchos problemas que nos pusieran. Nos dimos un abrazo fuerte fuerte...