Historia a partir de la palabra "besos"
Hay besos de todo tipo. Besos que enamoran y besos sin sentimiento. De despedida, de bienvenida, de rutina o por sorpresa. Besos bonitos y besos reales. Hay besos dados con amor y otros con pasión. Besos ansiosos, besos tranquilos, besos ansiados y besos comunes. Besos que se sienten en el aire, que nunca sabes cuándo volverás a dar, y otros que son el último o el primero de una larga lista. Hay besos que emocionan y otros que no nos gustan, besos que no se olvidan y besos que jamás recordaremos. Los hay largos y los hay cortos, los hay profundos o superficiales. Besos en una mejilla, en los labios o en otros lugares del cuerpo. Hay besos lentos, que se saborean, y hay besos rápidos que pasan. Besos en los que viviríamos y besos que olvidar, besos especiales y besos cotidianos. Besos de reencuentro, besos falsos y besos furtivos. Besos a escondidas condenados a ser descubiertos, besos a la vista de todos que jamás creerán, y besos prohibidos. Besos que nadie cuestiona y besos que nadie espera. Besos juzgados y besos que demuestran algo. Besos importantes, que marcan, y besos superfluos que nunca significaron nada. De agradecimiento o de refugio, de ayuda, de reconfortar, de apoyo. Besos que dicen que siempre estará ahí para ti, y otros que avisan de una inminente falta. Besos que significan traición, besos que señalan una fecha o un recuerdo. Que te hacen volver a momentos enterrados en tu memoria que de pronto resurgen, y que traen consigo sonrisas. Besos que jamás volverán, besos que siempre están ahí. Que lo dicen todo y que no dicen nada. Besos que odiar o besos que echar de menos. Besos que repetir, que dar, que recibir y besos que pensar. Besos que dan qué hablar y besos en la intimidad para siempre. Besos sempiternos que jamás se olvidarán
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